lunes, 6 de abril de 2015

La Resurrección de Jesus. "The Passion Of The Christ" and "The Wall". ¡Jesús vive!



"Jesus said to her, "I am the resurrection and the life. The one who believes in me will live, even though they die; and whoever lives by believing in me will never die..." (Jn 11, 25-26)


1. La resurrección -tanto de Jesús como de los muertos- es el centro de la experiencia  cristiana y el núcleo básico de la fe. La primera confesión de fe -«Jesús es el  Señor» (Rom 10,9)- proclama el señorío de Jesús o su victoria sobre la muerte por iniciativa  de Dios. Jesús anunció su propia resurrección, luego proclamada por María Magdalena y  por los discípulos. 
«La fe de los cristianos -dice San Agustín- es la resurrección de Cristo. No es gran cosa creer que Jesús ha muerto; esto lo creen también los paganos; todos lo creen. Lo verdaderamente grande es creer que ha resucitado»  
2. Es un hecho de fe y un hecho real, histórico y trascendente. Ningún relato evangélico describe directamente la resurrección de Jesús. La tumba vacía y las apariciones son el fundamento de la fe de los apóstoles. La resurrección de Cristo supera el orden natural para entrar en una dimensión trascendente lo cual no significa negar la historicidad del sepucro vacío de Jerusalén.

3. La resurrección de los muertos es respuesta al drama de la  muerte; una respuesta que se fundamenta en Dios, fuente de la vida y señor de la justicia.  Se alcanzará la plenitud del reino con la victoria sobre la muerte. La resurrección cristiana, tal como se entiende desde la fe, es resurrección de los  muertos: no es transmigración del alma ni reencarnación. Comienza a morir y a resucitar el  que cree, se bautiza, participa en la eucaristía y se entrega a su prójimo, porque tiene a  Dios consigo, es miembro de Cristo.


Dice el Papa Francisco en la Bendición Urbi et Orbe el Domingo de Pascua:

"El mundo propone imponerse a toda costa, competir, hacerse valer... Pero los cristianos, por la gracia de Cristo muerto y resucitado, son los brotes de otra humanidad, en la cual tratamos de vivir al servicio de los demás, de no ser altivos, sino disponibles y respetuosos. Esto no es debilidad, sino autentica fuerza. Quién lleva en sí el poder de Dios, de su amor y su justicia, no necesita usar violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad, de la belleza y del amor."


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