miércoles, 31 de octubre de 2012

LA CAPILLA SIXTINA CUMPLE 500 AÑOS


La Capilla Sixtina cumple 500 años. El 31 de octubre de 1512, el Papa Julio II después de homenajear al embajador de Parma con un gran banquete se trasladó con los invitados (incluidos 17 cardenales) hasta la Sixtina, la más importante de las tres capillas pontificias del Vaticano y en la que Miguel Ángel había trabajado intensamente durante cuatro años.
Encuentro del Papa con los artistas en la Capilla Sixtina



Los visitantes se quedaron con la boca abierta cuando se descubrió la bóveda y quedaron a la vista los 1.100 metros cuadrados de frescos que Miguel Ángel había pintado tumbado sobre un andamio, a casi 20 metros de altura, entre 1508 y 1512. Era la víspera de la festividad de Todos los Santos cuando la capilla Sixtina fue inaugurada. Así que el Papa Julio II decidió celebrar ese momento histórico oficiando una misa vespertina en ella. Mañana, Benedicto XVI festejará los cinco siglos de esa excepcional obra de arte siguiendo los pasos de su antecesor y oficiando el mismo día y a la misma hora en lo que lo hizo Julio II cinco siglos atrás, a partir de las 18.00 horas, una misa vespertina en la Capilla Sixtina.

FUENTE: EL MUNDO

domingo, 28 de octubre de 2012

Arte y Fe: la belleza que evangeliza

Esta semana se ha presentando al Papa el documental “ARTE Y FE. Via Pulchritudinis” - realizada por la televisión polaca TBA, y bajo la Dirección de los Museos Vaticanos. Para muchas personas que viajan a Roma, la visita de los Museos Vaticanos es el contacto mayor y a veces único, con la Santa Sede, por lo que es ocasión privilegiada para dar a conocer el mensaje cristiano, señaló el Papa.       

 

«Se podría decir que el patrimonio artístico de la Ciudad del Vaticano constituye algo así como una gran ‘parábola’, mediante la cual el Papa habla a hombres y mujeres de todo el mundo, y, por lo tanto, de múltiples pertenencias culturales y religiosas, personas que quizá nunca leerán un discurso suyo o una homilía suya. El lenguaje del arte es un lenguaje parabólico, dotado de una especial apertura universal: la ‘Vía Pulchritudinis’ es un camino capaz de guiar la mente y el corazón hacia lo Eterno, elevándolos hasta las alturas de Dios».
«Arte y fe: un binomio que acompaña a la Iglesia y la Santa Sede desde hace dos mil años, un binomio que también debemos valorar cada vez más, en el compromiso de llevar a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo el anuncio del Evangelio, del Dios que es Belleza y Amor infinito». (Juan Pablo II)

lunes, 22 de octubre de 2012

El Muro de las Lamentaciones en Directo

El Muro de las Lamentaciones (en hebreo, Hakótel Hama'araví, abreviado Kotel) es uno de los lugares más sagrados del judaísmo, vestigio del Templo de Jerusalén. Su nombre en hebreo significa simplemente "muro occidental".

En el Muro de los Lamentos se encuentran instaladas tres cámaras de video, que televisan todo lo que allí acontece para todo el mundo, en vivo y en directo, y durante las 24 horas por gentileza de la Fundación Muro de los Lamentos.
Aquí puedes acceder a la web   http://english.thekotel.org/cameras.asp    pinchando en la imagen
 




sábado, 20 de octubre de 2012

¿Qué sabes del Concilio Vaticano II?

Hace cincuenta años, el 11 de octubre de 1962, el Papa Juan XXIII abría en la basílica de San Pedro el concilio ecuménico Vaticano II  «Fue un día espléndido», recuerda Benedicto XVI

Fue un día espléndido aquel  11 de octubre de 1962, en el que, con el ingreso solemne de más de dos mil padres conciliares en la basílica de San Pedro en Roma, se inauguró el concilio Vaticano II. En 1931 Pío XI había dedicado este día a la fiesta de la Divina Maternidad de María, para conmemorar que 1500 años antes, en 431, el concilio de Éfeso había reconocido solemnemente a María ese título, con el fin de expresar así la unión indisoluble de Dios y del hombre en Cristo. (…)Fue un momento de extraordinaria expectación… el cristianismo, que había construido y plasmado el mundo occidental, parecía perder cada vez más su fuerza creativa. 

Se hablaba de “aggiornamento” (actualización). El cristianismo debe estar en el presente para poder forjar el futuro. Para que pudiera volver a ser una fuerza que moldeara el futuro, Juan XXIII había convocado el concilio sin indicarle problemas o programas concretos.


Documentos del Concilio Vat.II
Un tema fundamental era la eclesiología, que debía profundizarse desde el punto de vista de la historia de la salvación, trinitario y sacramental; a este se añadía la exigencia de completar la doctrina del primado del concilio Vaticano I a través de una revalorización del ministerio episcopal. Un tema importante para los episcopados del centro de Europa era la renovación litúrgica, que Pío XII ya había comenzado a poner en marcha. Otro aspecto central, especialmente para el episcopado alemán, era el ecumenismo:  haber sufrido juntos la persecución del nazismo había acercado mucho a los cristianos protestantes y a los católicos; ahora, esto se debía comprender y llevar adelante también en el ámbito de toda la Iglesia. A eso se añadía el ciclo temático Revelación – Escritura – Tradición – Magisterio.

El encuentro con los grandes temas de la época moderna se produjo en dos documentos menores: El primero es la Declaración sobre la libertad religiosa, Se trataba de la libertad de elegir y de practicar la religión, y de la libertad de cambiarla, como derechos a las libertades fundamentales del hombre.

Misa de apertura del Concilio
Sello de Italia. 50 aniversario Concilio Vat.II












El segundo documento que luego resultaría importante para el encuentro de la Iglesia con la modernidad nació casi por casualidad, y creció en varios estratos. Me refiero a la Declaración  “Nostra aetate” sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas: judaísmo, islam, budismo, hinduismo. el diálogo y la colaboración con las religiones, cuyos valores espirituales, morales y socioculturales debían ser reconocidos, conservados y desarrollados.
K.Rahner y J.Ratzinger en el Concilio
Concilio Vaticano II
Sello del Concilio Vat.II. Juan XXIII

Sello del Concilio Vaticano II. Pablo VI

















Los Padres conciliares no podían y no querían crear una Iglesia nueva, diversa. no podían y no querían crear una fe distinta o una Iglesia nueva, sino comprenderlas de modo más profundo y, por consiguiente, realmente “renovarlas”. Por eso una hermenéutica de la ruptura es absurda, contraria al espíritu y a la voluntad de los padres conciliares.

EL Papa agradece al Cardenal Frings que le llevara a él – entonces el profesor más joven de la Facultad teológica católica de la universidad de Bonn — como su consultor a la gran asamblea de la Iglesia, permitiéndole frecuentar esa escuela y recorrer desde dentro el camino del concilio.

Resumen  del  texto inédito de Su Santidad Benedicto XVI del Especial del Osservatore Romano, el 11 de octubre, en el marco del 50ª aniversario del Concilio Ecuménico Vaticano II, e inicio del Año de la Fe.