viernes, 7 de octubre de 2016

La fe de los leprosos

Frase evangélica: «¿No ha vuelto más que este extranjero  para dar gloria a Dios?»



 1. Lucas sitúa el episodio de la curación de los diez leprosos entre la petición de fe de los apóstoles y la disputa con los fariseos sobre la llegada del reinado de Dios. Los leprosos representan a los marginados de la institución, necesitados de ayuda, pero también creyentes que esperan la llegada del reino.
 2. La fe de los leprosos en Jesús, Maestro o Señor de la naturaleza, es admirable: consiste en encontrar y reconocer a Jesús. Formulan su petición con una súplica de los salmos, «Ten compasión de nosotros», dirigida a un Dios «compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel» (Ex 34,6) que otorga su gracia a los desgraciados. Al comienzo de cada eucaristía nos dirigimos a Cristo diciéndole: «Señor, ten piedad de nosotros» (Kyrie eleison). 
3. Sólo uno de los leprosos -concretamente, un samaritano, es decir, un extranjero (un «gentil» o «pagano»)es agradecido y reconoce que su adhesión a Jesús le ha curado y que la llegada del reino le ha liberado de la marginación. «Echarse por tierra» es un gesto que sólo se hace ante Dios, a quien se dan las gracias, preceda o no la petición. Jesús le dice: «levántate» (resucita) y «vete» (ponte en movimiento). Por último, el milagro supone la fe; si no hay fe, no hay milagro. Tampoco basta con recibir la salud; hay que agradecerla.
 (Casiano Floristan) Fuente: Fe Cansada

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