¿Qué celebramos el 8 de septiembre?
La celebración de la fiesta de la Natividad
de la Santísima Virgen María, es conocida en Oriente desde el siglo VI. Fue
fijada el 8 de septiembre justo nueve meses después del 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción. Es el día con el que se abre el año litúrgico bizantino,
el cual se cierra con la Dormición, en agosto. En Occidente fue introducida
hacia el siglo VII y era celebrada con una procesión-letanía, que terminaba en
la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. El Evangelio no nos da datos del nacimiento
de María, pero hay varias tradiciones. Algunas, considerando a María
descendiente de David, señalan su nacimiento en Belén. Otra corriente griega y
armenia, señala Nazareth como cuna de María.Ya en
el siglo V existía en Jerusalén el santuario mariano situado junto a los restos
de la piscina Probática, o sea, de las ovejas. Debajo de la iglesia románica,
levantada por los cruzados, que aún existe -la Basílica de Santa Ana- se hallan
los restos de una basílica bizantina y unas criptas excavadas en la roca que
parecen haber formado parte de una vivienda que se ha considerado como la casa
natal de la Virgen.
En la Basílica de Santa Ana de Jerusalén se encuentra el Icono de la Natividad de la Virgen María.
Pinchando en el cuadro puedes acceder al sitio Web del Studium Biblicum Franciscanum.
Facultad de Ciencias Bíblicas y Arqueología de Jerusalén.
Allí se hace un recorrido por las excavaciones arqueológicas de la Piscina Probática de Jerusalén donde se ambienta la narración evangélica de la curación por Jesús del paralítico que llevaba 38 años inválido. Según la tradición, sería el mismo lugar de la casa de Ana y Joaquín, los padres de la Virgen María.
VER UN CUADRO: Icono de la Natividad de la Virgen María
Muestra a Santa Ana madre de la Virgen María y patrona de las mujeres
embarazadas, medio incorporada en la cama después del parto, y a la Niña María envuelta en pañales al
modo tradicional en muchos países de la Europa del Este y el Próximo Oriente. Madre e Hija son atendidas por tres mujeres. Una de ellas, seguramente la
que había ejercido las labores de comadrona,
sostiene a la Niña en sus brazos
y se dispone, con la ayuda de otra de sus compañeras, a llevar a cabo el
baño ritual (si no lo ha hecho ya) para lo que tienen preparado todo lo
necesario. La tercera mujer ofrece a la recién parida un frasco, con la
intención -quizás- de que tome un reconstituyente para aliviar el sufrimiento
del parto. En la parte derecha del cuadro vemos a un anciano, San Joaquín, atento a lo que ocurre a
su alrededor. Y a la izquierda, arriba, la presencia de un ángel testimonia la
sagrada importancia del hecho que allí está ocurriendo... Tanto la Niña María como sus padres muestran el
nimbo que corresponde a su santidad.
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