martes, 5 de enero de 2016

Epifanía: la historia de los Reyes Magos



¿Quienes eran los Reyes Magos?
Joseph Ratzinger, en su estudio teológico sobre Jesús, dice que el concepto de «magos» aplicado a los Santos Evangelios tiene una acepción concreta: alude a un grupo de sabios con un profundo conocimiento religioso y filosófico que ejercían gran influencia en los pensadores griegos. No se trata, por tanto, de magos dotados de saberes y poderes sobrenaturales, como tampoco de brujos.
La ciudad de Babilonia, considerada en tiempos remotos como el centro de la astronomía científica, persistía un reducido grupo de astrónomos en vías de extinción entre los cuales podían figurar los mismos que visitaron a Jesús recién nacido, guiados por la misteriosa estrella. ¿Quiénes eran por tanto los magos que decidieron embarcarse en un larguísimo viaje, guiados por la esperanza en una estrella que les conducía hacia el Salvador? No podían ser sólo astrónomos, sino también sabios conocedores de las profecías del Antiguo Testamento


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Ratzinger subraya la idea decisiva, a su juicio: «Los sabios de Oriente son un inicio, representan a la humanidad cuando emprende el camino hacia Cristo, inaugurando una procesión que recorre toda la historia»
«Y entonces, la estrella que habían visto en el Oriente se colocó delante de ellos, hasta pararse sobre el sitio donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Y entrando en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose le adoraron; luego abrieron sus cofres y le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra». Los presentes significan oro como rey, incienso como Dios y mirra como hombre. Por tradición sabemos que los magos procedían de los tres continentes conocidos en aquella época: África, Asia y Europa.
En el Evangelio armenio de la infancia de Jesús se les llama Balthazar, Melkon y Gaspard. Sus nombres aparecen representados por primera vez en un mosaico de Rávena (Italia).



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