"La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros"
La historia de la Natividad
1. La palabra humana -tanto si se limita a transmitir conocimiento como si incide eficazmente en la transformación de la realidad- es un medio fundamental de comunicación interpersonal. Todos llevamos dentro, como grabadas a cincel, palabras amorosas o terribles que hemos escuchado a otras personas en un momento dado. La Palabra de Dios -amorosa, por salvífica- se dirige a todos y está en todas partes: en la creación, en el lenguaje humano, en las aspiraciones de las personas y de los pueblos, en los profetas, en la celebración, en Cristo…
2. Dios habla y se revela, en muchas ocasiones y de muchas maneras, por medio de sus profetas. En la plenitud de los tiempos nos habló por su Hijo, Palabra encarnada, Palabra que es luz y vida, que da sentido a la mujer y al hombre. No obstante, aunque hay un resto de humanidad que acepta la Palabra de Dios, muchas personas se resisten a sus exigencias.
3. La Navidad nos invita a escrutar a Dios, creador del mundo; a contemplar el misterio de la Palabra de Dios, revelación divina; a maravillarnos ante la obra de Jesús, coronación de la de Dios; y a adorar a Jesús, mensaje de Dios a la humanidad.
FUENTE: La acampada de Dios – Casiano Floristan
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