jueves, 1 de noviembre de 2018

FIESTA DE TODOS LOS SANTOS


Adoración del Cordero místico. Van Eyck
Los santos no son personas que nunca han cometido errores o pecados, sino quienes se arrepienten y se reconcilian. Dijo Benedicto XVI al presentar la figura de tres de los más cercanos colaboradores del apóstol Pablo –Bernabé, Silas y Apolo– En ocasiones, Pablo tuvo enfrentamientos con ellos, al menos con Bernabé, a causa de divergencias sobre cuestiones concretas. «Por tanto, también entre los santos se dan contrastes, discordias, controversias». Y esto es para mi muy consolador, pues vemos que los santos no “han caído del cielo”». «Son hombres como nosotros, con problemas complicados –siguió aclarando–. La santidad no consiste en no equivocarse o pecar nunca».«La santidad crece con la capacidad de conversión, de arrepentimiento, de disponibilidad para volver a comenzar, y sobre todo con la capacidad de reconciliación y de perdón» «Y todos podemos aprender este camino de santidad» (Benedicto XVI) 

 
San Juan nos habla de la "gran tribulación de la vida" en nuestro camino hacia Dios. 
Pero resalta la esperanza: tenemos la promesa de Dios. Jesús es el Cordero por cuya sangre 
quedamos limpios de nuestros pecados. (Libro del Apocalipsis)

 

Las Bienaventuranzas nos hablan de las actitudes fundamentales de los discípulos de Jesús
El discípulo confía plenamente en Dios (pobre de espíritu)
Comparte el sufrimiento con los demás (los que lloran)
Tiene como Jesús un trato amable con todos (personas mansas)
Quiere trabajar ardientemente para que reine la justicia en este mundo (Hambrientos y sedientos de justicia)
Además tiene el corazón y la vida con las personas pobres (Personas misericordiosas)
Es coherente e íntegro en su vida (los limpios de corazón)
Procura que se establezca la paz como consecuencia de la justicia (Los artesanos de la paz)
Todo esto podrá ocasionar la persecución de quienes se niegan a reconocer los derechos de los demás (los perseguidos por la justicia)
Las Bienaventuranzas son nuestro código de felicidad, nuestra carta magna

No hay comentarios:

Publicar un comentario