lunes, 8 de julio de 2013

Feliz verano

El descanso nos debería ayudar a redescubrir dimensiones nuevas de nuestra existencia. En la sociedad actual corremos el riesgo de olvidar el valor último de la vida para ahogarnos en el activismo, el trabajo y la producción. El hombre está hecho también para disfrutar, para jugar, para gozar de la amistad, para orar, para agradecer. No se trata de pasarlo bien a toda costa sino de saber disfrutar con sencillez y agradecimiento de la familia, los amigos, la naturaleza, el silencio, el juego, la música, la lectura, el amor, la belleza, la convivencia. Alegra conocer que en en el Evangelio Jesús sabe comprender las necesidades más profundas del ser humano cuando invita a sus discípulos: “Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco” (Mc 6, 31). No nos olvidamos de todos aquellos que no han podido acceder a un trabajo y no pueden disfrutar de un período vacacional.

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