Mercedes Nasarre es Psiquiatra, de Huesca. que desde hace más de 10
años se dedica a la investigación de la dimensión espiritual. La puerta de entrada a la espiritualidad es la
propia interioridad. El trabajo de un psiquiatra siempre lleva a encontrarse
con el sufrimiento humano y si se profundiza aparece el hondón, esa dimensión
espiritual que se refiere también al núcleo auténtico del ser, el más
espontáneo, el más libre, natural y amoroso que late en todas las personas
Carlos Lisieux es un psiquiatra en crisis que acaba de romper
con su amante. Una paciente suya ha mejorado tras mantener conversaciones con
un monje, el Hermano Albert que fue psiquiatra. Lisieux sabe, además, que las personas que hacen
contemplación, oración o meditación, tienen menos recaídas en las depresiones.
Por eso, obedeciendo a un impulso, a pesar de que considera que la religiosidad
es un asunto alienante, decide pasar diez días en un monasterio. La liberación es posible aún en las situaciones más extremas. Porque en definitiva, depende de una actitud interior.
Quiero destacar algunos parrafos de la novela cuya lectura recomiendo:
Un psiquiatra se pone a rezar y se transforma. Y después se
transforman varias personas más.
-
Simplemente me puse a rezar… Lo demás son
explicaciones…
-
¿Hablar con Dios?
-
Sí, sí… -siguió diciendo-. Al principio me resultaba
extraño… incluso era algo contra mi propio orgullo. Luego me di cuenta que el
hacerlo me ayudaba a poner palabras a todos mis problemas.. y eso es tan
importante… Y conforme lo he ido haciendo ha empezado a existir Él en mí. Es
misterioso todo esto… Siempre me llena de tanto amor… Cultivar el recogimiento
me lleva a la parte más íntima, más libre, natural, espontánea y amorosa de mí
mismo.
-
Me gusta lo que dices
-
La religión es un lenguaje. Lo fundamental es que te
conduzca a una verdadera transformación. Si no, no sirve para nada. (pag. 140
o.c)
Me quedé dándole vueltas a lo de Dios. Y pensé que la inteligencia
humana lo ha inventado. ¿Por qué saldría del cerebro algo más perfecto que él?
¿No será que nos hemos hecho humanos gracias a pensar que existe la suprema
bondad?
El hecho de que yo exista, de que respire, de que mi cuerpo
funcione con la fuerza de la vida… El hecho de que esté pensando todo esto… Ése
es el gran misterio… Siempre he pensado que el misterio nos rodea. ¿O no es un
misterio que mis pensamientos creen vibraciones en el aire en forma de
palabras? Y, ¿no es milagro que esas vibraciones lleguen a los oídos de otra
persona y generen imágenes en la pantalla de su mente?... (pag 173 o.c.)
La falta de paz es lo que crea los problemas. Encontrar la
paz abarca los contrarios. Se situa entre ellos. Así, podemos ver con
perspectiva que la vida es sufrimiento. Con pérdidas inevitables que culminan
en la enfermedad, el envejecimiento y la muerte. Pero desde el otro lado,
también existe el amor, la belleza, la gracia y las bienaventuranzas que nos
llevan al conocimiento del Espíritu. El sufrimiento puede llevarnos a la
humildad, a la entrega a la misericordia…
La práctica del silencio es aprender a estar presentes. O
dicho de otro modo, aprender a sentir la presencia… El despertar espiritual es
aquí y ahora. Lo sagrado no está separdo de lo personal sino que está aquí, en
vuestro cuerpo, en vuestro trabajo, en vuestras familias, en vuestras cosas, en
vuestras relaciones. (pag 188 o.c). Todo es transitorio. Sólo permanece el
Amor. Todo pasa… La verdadera vida humana es amor. Y ¿qué es el amor sino trascender
nuestro propio yo? ¿cómo se puede generar un ser humano sin un tú, desde el
principio de su formación hasta el final? (pag. 200 o.c.)
Todo está conectado ¿Acaso existiríais sin la luz, el agua o
los árboles? ¿seríamos alguien sin todas las personas de nuestra vida?. Todos
somos necesarios.
Un rabino dice “Ama a Dios amando al prójimo”. Un maestro
Zen dice: “Estar iluminado es estar en intimidad con todas las cosas”. Un
musulmán se siente hermanado con todos, porque Dios es más grande que
cualquiera de nosotros. Un indígena está unido a la tierra y a todo lo que la
puebla. Un yogui encuentra la divinidad al ser dueño de su propio cuerpo y
enseñarlo gratis a los demás.
Un cristiano es el que cree en lo que El creyó, defiende al
ser humano como El lo defendió, es libre como El y se enfrenta a la muerte con
la misma esperanza que Él. Un cristiano es el que ama como Él amó. (pag 205)
Ahora es la época de desarrollar la inteligencia espiritual.
Es sencillo, ya lo ves. Se reduce a cultivar la interioridad, gracias al
silencio. Aceptar que todo es transitorio. Entender la interdependencia de las
cosas. Y encontrar la paz dentro de nosotros.
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