viernes, 21 de junio de 2013

CIEN DÍAS MARAVILLOSOS DEL PAPA FRANCISCO


En el caso del Papa Francisco no ha sido necesario esperar tanto para descubrir un nuevo estilo y una voluntad muy fuerte de revitalizar la Iglesia. Los primeros 100 días del Papa Francisco han sido intensos y nos permiten comprender la fuerza y el impulso que quiere dar a la Iglesia. 

Estas son algunas de las claves de su nuevo estilo:

SENCILLEZ Y CERCANIA: El Papa Francisco quiere estar muy cerca de los peregrinos que acuden a Roma. En las Misas y Audiencias dedica largos ratos a estar con ellos. Saludarlos y bendecirlos. No quiso alojarse en el apartamento pontificio para estar cerca de los trabajadores de la Curia. El efecto llamada ha sido inmediato, los domingos en el ángelus  y los miércoles en la audiencias la plaza está siempre llena.

LIBERTAD Y AFECTO: Al Papa le gusta improvisar en sus discursos, bromear, saludar a todos los que se encuentra a su paso. Alojarse en Santa Marta le permite recibir visitas informales. Incluso ha bromeado porque le gustaría poder salir más del Vaticano para, por ejemplo, ir a confesar. Cada miércoles al recorrer la Plaza de San Pedro reparte besos, sonrisas y bendiciones.

IGLESIA ABIERTA Y ACOGEDORA: Entre los nuevos hábitos que ha incorporado el Papa Francisco está la Misa en la Casa Santa Marta. Todos las mañana, predica una breve homilía. Comenta el Evangelio y en sus enseñanzas, como telón de fondo, se descubre su visión de cómo debe ser la Iglesia y cómo deben comportarse los cristianos.

PREDILECCIÓN POR LOS MÁS NECESITADOS: Unos de los aspectos que más ha llamado la atención durante el inicio del pontificado del Papa Francisco es su predilección por los más necesitados. Despliega todo su cariño con los enfermos, con los pobres, con los niños, con los marginados. Y pide a todos los cristianos que acudan a ayudar a todos aquellos que se encuentran en las “periferias de las existencia”.

NECESIDAD DE REFORMA:“¡Cómo querría una Iglesia pobre y para los pobres!”.Antes de ser elegido Papa reclamó la necesidad de reformar la Curia para hacerla más ágil y útil para las diócesis de todo el mundo. Ha encomendado a ocho cardenales la difícil tarea de acometer la reforma. El Papa prefiere ir por delante y de momento ya está cambiando las formas de hacer en muchos aspectos, en octubre ese selecto grupo de cardenales se reunirá en Roma y será el momento de poner en marcha una nueva estructura que se ajuste a las nuevas formas que ya el Papa está introduciendo.

Los primeros 100 días del Papa Francisco han sido intensos y permiten comprender la fuerza y el impulso que quiere dar a la Iglesia.

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