En el caso del Papa Francisco no ha sido necesario esperar tanto para descubrir un nuevo estilo y una voluntad muy fuerte de revitalizar la Iglesia. Los primeros 100 días del Papa Francisco han sido intensos y nos permiten comprender la fuerza y el impulso que quiere dar a la Iglesia.
Estas son
algunas de las claves de su nuevo estilo:
SENCILLEZ Y CERCANIA: El Papa Francisco quiere estar muy
cerca de los peregrinos que acuden a Roma. En las Misas y Audiencias dedica
largos ratos a estar con ellos. Saludarlos y bendecirlos. No quiso alojarse en
el apartamento pontificio para estar cerca de los trabajadores de la Curia. El
efecto llamada ha sido inmediato, los domingos en el ángelus y los
miércoles en la audiencias la plaza está siempre llena.
LIBERTAD Y
AFECTO: Al Papa le
gusta improvisar en sus discursos, bromear, saludar a todos los que se
encuentra a su paso. Alojarse en Santa Marta le permite recibir visitas
informales. Incluso ha bromeado porque le gustaría poder salir más del Vaticano
para, por ejemplo, ir a confesar. Cada miércoles al recorrer la Plaza de San
Pedro reparte besos, sonrisas y bendiciones.
IGLESIA
ABIERTA Y ACOGEDORA: Entre los
nuevos hábitos que ha incorporado el Papa Francisco está la Misa en la Casa
Santa Marta. Todos las mañana, predica una breve homilía. Comenta el Evangelio
y en sus enseñanzas, como telón de fondo, se descubre su visión de cómo debe
ser la Iglesia y cómo deben comportarse los cristianos.
PREDILECCIÓN
POR LOS MÁS NECESITADOS: Unos de los aspectos que más ha llamado la atención durante el inicio del
pontificado del Papa Francisco es su predilección por los más necesitados.
Despliega todo su cariño con los enfermos, con los pobres, con los niños, con
los marginados. Y pide a todos los cristianos que acudan a ayudar a todos
aquellos que se encuentran en las “periferias de las existencia”.
NECESIDAD DE
REFORMA:“¡Cómo
querría una Iglesia pobre y para los pobres!”.Antes de ser elegido Papa reclamó la
necesidad de reformar la Curia para hacerla más ágil y útil para las diócesis
de todo el mundo. Ha encomendado a ocho cardenales la difícil tarea de acometer
la reforma. El Papa prefiere ir por delante y de momento ya está cambiando las
formas de hacer en muchos aspectos, en octubre ese selecto grupo de cardenales
se reunirá en Roma y será el momento de poner en marcha una nueva estructura
que se ajuste a las nuevas formas que ya el Papa está introduciendo.
Los primeros
100 días del Papa Francisco han sido intensos y permiten comprender la fuerza y
el impulso que quiere dar a la Iglesia.
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