martes, 10 de junio de 2014

Shalom, paz, shalam

Los representantes de las tres religiones plantan un olivo símbolo de la paz
En los Jardines del Vaticano se ha celebrado un histórico encuentro de oración por la paz entre las tres grandes religiones: Judaísmo, Cristianismo e Islam. 
"Señor, ayúdanos tú. Danos tú la paz, enséñanos tú la paz, guíanos tú hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestros corazones y danos la valentía para decir: '¡Nunca más la guerra!'. "Estamos en este lugar, israelíes y palestinos, judíos, cristianos y musulmanes, para ofrecer nuestra oración por la paz, por Tierra Santa y por todos sus habitantes".


Concluidos los rezos, Francisco tomó la palabra. "Gracias desde el fondo de mi corazón por haber aceptado mi invitación a venir aquí para implorar a Dios, juntos, el don de la paz. Espero que este encuentro sea el comienzo de un camino nuevo en busca de lo que une para superar lo que divide", recordó que el encuentro de ayer respondía al "deseo ardiente" de cuantos anhelan la paz y sueñan con un mundo donde hombres y mujeres "puedan vivir como hermanos y no como adversarios o enemigos".
Y a Dios dirigió a partir de ese momento sus súplicas... "Señor, Dios de paz. Hemos intentado muchas veces y durante muchos años resolver nuestros conflictos con nuestras fuerzas, y también con nuestras armas; tantos momentos de hostilidad y de oscuridad; tanta sangre derramada; tantas vidas destrozadas; tantas esperanzas abatidas... Pero nuestros esfuerzos han sido en vano. Ahora, Señor, ayúdanos tú. Danos tú la paz, enséñanos tú la paz, guíanos tú hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía para decir: '¡Nunca más la guerra!'".
Fue la suya una oración muy emotiva, en la que pidió a Dios que destierre del corazón de todo hombre las palabras división, odio, guerra y las sustituya para siempre por la palabra hermano. "Shalom, paz, salam. Amén".

A continuación fue Simon Peres el que hablo, en lengua hebrea. "Debemos poner fin a estas lágrimas, a la violencia, al conflicto. Todos necesitamos la paz. Paz entre iguales", dijo, revelando su receta particular para lograrla: estar dispuesto a hacer concesiones. "La paz no se consigue fácilmente. Debemos trabajar con todas nuestras fuerzas para conseguirla. Para conseguirla pronto. Incluso si requiere sacrificios o compromisos".

También Abu Mazen habló de paz, en árabe, e incidió, sobre todo, en la situación palestina. "Oh, señor, en nombre de mi pueblo, del pueblo palestino que está ansioso de paz, de una vida digna y de libertad, te pido, oh señor, que hagas próspero y prometedor nuestro futuro en un Estado libre, soberano e independiente"

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