Conocemos
la reacción de Jesús cuando Herodes Antipas encarceló a Juan el Bautista en la
fortaleza de Maqueronte. Comenzó a recorrer las aldeas de Galilea predicando un
mensaje original y sorprendente. El evangelista Marcos lo resume diciendo que «marchó a Galilea proclamando la Buena Noticia
de Dios». Anuncia a Dios como algo nuevo y bueno. Este es su
mensaje. «Se ha cumplido el plazo». El tiempo de espera que se
vive en Israel ha acabado. Ha terminado también el tiempo del Bautista. Con
Jesús comienza una era nueva. Dios no quiere dejarnos solos ante nuestros
problemas, sufrimientos y desafíos. Quiere construir junto con nosotros un
mundo más humano. «Está
cerca el reino de Dios».
Con una audacia desconocida, Jesús sorprende a todos anunciando algo que ningún
profeta se había atrevido a declarar: “Ya está aquí Dios, con su fuerza
creadora de justicia, tratando de reinar entre nosotros”. Jesús experimenta a
Dios como una Presencia buena y amistosa que está buscando abrirse camino entre
nosotros para humanizar nuestra vida. Por eso, toda la vida de Jesús es una
llamada a la esperanza. Hay alternativa. No es verdad que la historia tenga que
discurrir por los caminos de injusticia que le trazan los poderosos de la
tierra. Es posible un mundo más justo y fraterno. Podemos modificar la
trayectoria de la historia. «Convertíos». Ya no es posible vivir como
si nada estuviera sucediendo. Dios pide a sus hijos e hijas colaboración. Por eso
grita Jesús: “Cambiad de manera de pensar y de actuar”. Somos las personas las
que primero hemos de cambiar. Dios no impone nada por la fuerza, pero está
siempre atrayendo nuestras conciencias hacia una vida más humana. «Creed en esta Buena Noticia». Tomadla en serio. Despertad
de la indiferencia. Movilizad vuestras energías. Creed que es posible humanizar
el mundo. Creed en la fuerza liberadora del Evangelio. Creed que es posible la
transformación. Introducid en el mundo la confianza. ¿Qué hemos hecho de este
mensaje apasionante Jesús?
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