En un mundo dónde la ética suele brillar por su ausencia, sorprenden
actos de honradez que deberían ser moneda de cambio, y nunca mejor
dicho, en nuestra vida cotidiana. Pero son tan raros y excepcionales que
incluso llegan a convertirse en noticia, como la protagonizada por
Billy Ray. Este mendigo de Misuri se ha convertido en un héroe local
tras devolver a su dueña un anillo de diamantes que cayó en su lata de
limosnas por error. Una decisión que muchos otros, en mejor situación
económica, no hubieran tomado dirigiéndose de inmediato a una casa de
empeño para no renunciar a un puñado de dólares.
La historia, que parece salida de una
película de Frank Capra, comienza cuando una mujer, llamada Sarah, se
compadece de la situación de Billy Ray y, en un acto de generosidad, le
echa unas monedas. Es entonces cuando, como si se tratara de una escena
de 'El Señor de los Anillos, la sortija se escurre de su dedo y va a
parar al fondo de la lata de limosnas. Ahí fue cuando al indigente se
tuvo que enfrentar a todo un dilema shakespiriano: "Quedarme el anillo o
no quedármelo. Esa es la cuestión". Hay que suponer que al mendigo
debió de tentarle la idea de obtener el dinero suficiente para dejar de
dormir en la calle durante una buena temporada. Al final, se impuso su
buen corazón y decidió devolver la joya a su dueña. Aquí la conocida
frase de pobre pero honrado alcanza su máxima expresión.
Como no podía ser de otra forma, la
historia ha catapultado a la fama a Billy Ray y su acto de honradez fue
difundido masivamente por los medios de comunicación estadounidenses.
Gracias a ello, su hermana, que le había perdido la vista desde hacía 17
años, reconoció su rostro y corrió a reunirse con él. Mientras tanto,
el novio de Sarah, conmovido, organizaba una campaña solidaria para
recaudar fondos y así compensar al mendigo por su buena acción. De
momento, ya van por 150.000 dólares, suficientes para que Billy Ray
pueda comenzar una nueva vida junto a hermana a la que ha vuelto a
recuperar por seguir los dictados de su corazón. Algo que no hubiera
obtenido en una casa de empeño.
FUENTE: EL CORREO.COM
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