lunes, 9 de noviembre de 2015

Dar es bueno, darse es lo cristiano

“Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales”. El “real” es traducción del “leptón“, la moneda más pequeña en bronce. Tanto los ricos como la viuda daban sus monedas a la tesorería del Templo. Jesús luchó contra la injusticia social. En el Templo de Jerusalén residía el poder económico, social y político. Por eso se convirtió en el mayor enemigo de Jesús y del pueblo.
La «viuda», por el contrario, símbolo de la generosidad y disponibilidad de los pobres y pequeños, representa a los discípulos, ya que ama a Dios en medio de la corrupción social. Esta viuda no anda buscando honores ni prestigio alguno; actúa de manera callada y humilde. No piensa en explotar a nadie; al contrario, da todo lo que tiene porque otros lo pueden necesitar. Según Jesús, ha dado más que nadie, pues no da lo que le sobra, sino«todo lo que tiene para vivir».

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