DOCENTES CON CORAZÓN DE TIZA Y ALMA DE PATIO. GRACIAS!!
Gracias
docentes: desde la Educación Infantil hasta la Universitaria.
Gracias por
cada tutoría ganada al poco tiempo, ese que nadie te regala.
Gracias por
cada acierto, y también por cada fallo que sin querer a veces se escapa.
Gracias por
cada día que no has querido faltar con esa gripe estacional o ese dolor del
alma.
Gracias por
soportar, demasiadas veces, a los hijos de los maleducados, esos que
“revientan” tu aula.
Gracias por
llorar a solas, y por emocionarte con los gestos invisibles que pasan en la
rutina… casi desapercibida y callada.
Gracias por
hacer malabares para que te atiendan, respeten, …y además aprendan.
Gracias por
toda la imaginación con la que compensas las muchas sabidas carencias.
Gracias por la
paciencia, y por dejarte la garganta hecha trizas cada mañana.
Gracias por
las formas: las buenas, las regulares y las otras menos afortunadas.
Gracias por
tus caricias, si, esas que sabemos que haces a traición después de un esfuerzo
y a cambio de nada.
Gracias porque
cuando decidiste dedicarte a esto, seguro que no se parecía en nada a lo que
ahora es, pero gracias por no perder ni un ápice de ganas.
Gracias por
formar parte de la vida de nuestros hijos, porque te recordarán en cada
aprendizaje y en cada encrucijada.
Gracias por
dar sentido, forma y contenido en cada nueva jornada.
Gracias por
preparar cada lección en casa, por corregir a altas horas de la madrugada, por
vivir tu oficio más allá de lo que esperabas.
Gracias por
convertir cada atasco o dificultad en una nueva experiencia de oportunidad.
Gracias por
molestarte en mandar notas con ánimos, ideas y amables palabras.
Gracias por
sentir que cada persona merece la pena y por nunca pensar en tirar la toalla.
Gracias por
seguir animando a aquellos de quienes muchos ya no esperaban nada.
Gracias por
esas tiritas para la desilusión que siempre sabemos que guardas y llevas
preparadas.
Gracias por
resolver y descifrar respuestas enigmáticas envueltas entre imposibles
palabras.
Gracias por tu
corazón de tiza, por tu alma de patio y por tu incansable raza.
Soy hijo de un “maestro de pueblo” quien dedicó algo más que su vida a la
enseñanza, y de él aprendí lo que no se enseña: que la vida sin pasión no vale
de nada.
No es magia, es educación.
FUENTE: Luis Aretio
Gracias
docentes: desde la Educación Infantil hasta la Universitaria.
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