La visita este sábado del Papa Francisco a la ciudad de Milán ha estado marcada por una agenda apretada, que ha incluido una misa multitudinaria -una nueva prueba de su popularidad-, una visita a las zonas periféricas y más desfavorecidas de la ciudad y un almuerzo con presos en la cárcel de San Vittore. Francisco ha aprovechado la visita para lanzar nuevos mensajes: ha hablado de la necesidad de “restaurar” la Iglesia y pidió mayor atención para los jóvenes, de lo que alertó del peligro de estar expuestos al “zapping continuo”.
El Papa Francisco llegó a primer hora de la mañana a Milán y su primer punto de la agenda fue dirigirse a las llamadas Casas Blancas, un barrio popular de la ciudad del norte de Italia con problemas de marginación.
Un baño de multitudes ha recibido al Santo Padre en Monza, cerca de Milán. La misa multitudinaria, con más de 700.000 fieles, según los datos de la organización, demuestra una vez el potente tirón popular de Bergoglio. En su homilía, el papa Francisco ha denunciado un mundo en el que “se especula sobre los pobres y los inmigrantes”, “sobre los jóvenes y su futuro”.
El Papa concluyó la jornada en la capital de Lombardía con un encuentro con jóvenes en el estadio de fútbol de San Siro.
Fuente: La Vanguardia
Un baño de multitudes ha recibido al Santo Padre en Monza, cerca de Milán. La misa multitudinaria, con más de 700.000 fieles, según los datos de la organización, demuestra una vez el potente tirón popular de Bergoglio. En su homilía, el papa Francisco ha denunciado un mundo en el que “se especula sobre los pobres y los inmigrantes”, “sobre los jóvenes y su futuro”.
El Papa concluyó la jornada en la capital de Lombardía con un encuentro con jóvenes en el estadio de fútbol de San Siro.
Fuente: La Vanguardia
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